No hay un solo país en el mundo que no tenga al menos una danza típica que la represente y distingue de las demás. Existen casos excepcionales en los que varios países pueden compartir ciertas danzas, pero cada una con características artísticas y culturales propias.
En el presente artículo, hablaremos sobre la importancia que tienen las danzas típicas para la preservación de tradiciones, costumbres y el fortalecimiento de la identidad de un país. No por nada se dice que las danzas típicas son la expresión más alegre de un sentir nacional o de pueblos que han contribuido en la identidad de un país.
¿De qué forma una danza puede representar o identificar a un país?
La música y la danza existen desde que se establecieron los pueblos y civilizaciones antiguas, cada pueblo y nación del mundo tiene diferentes formas de bailar y eso se debe a la música que han ideado y desarrollado, empleando instrumentos propios y formas de cantar influenciadas por las costumbres y visiones de cada uno de ellos.
En el caso de los países latinoamericanos, todos los pueblos que ya existían en este lado del mundo antes de la llegada de españoles, portugueses, ingleses y franceses, tenían ya establecidas su música y sus danzas. Desde luego, todas de ellas indígenas.
Luego de la llegada de los colonizadores, la música de ambas partes del mundo llegó a fusionarse y surgieron más ritmos, más instrumentos y, en consecuencia, más danzas. Esta es la razón principal por la que países como Bolivia tienen muchas danzas, son tantas que se diferencias bastante entre ellas y eso se debe a la influencia de costumbres de cada región del país.
Relación Danza – Identidad de un pueblo
Tomando como ejemplo a Bolivia, este es un país que tiene muchas danzas, cada pueblo de cada región tiene hasta más de 10 danzas; esto es algo que sucede en otros países que también tienen la característica de ser multiétnicos o plurinacionales.
Cada danza refleja la identidad y el sentir del pueblo de donde proviene, veamos a continuación algunos ejemplos:
La danza de la Chacarera, esta es una danza propia del sur boliviano, concretamente del departamento de Tarija. Los pasos y movimientos son tan ágiles que muchos de ellos simulan cómo las personas en esa región montan a algunos animales, entre otras costumbres o hábitos. Los instrumentos con los que se hace la música varían al igual que la vestimenta que es más ligera y fresca.
La danza de la Diablada, esta representa al pueblo orureño y está arraigada a costumbres y leyendas propias del pueblo Uru Uru, las cuales se fusionaron con enseñanzas propias del cristianismo católico y que dieron lugar a la danza. Absolutamente todo lo que viene después surgió del ingenio artístico de los orureños, quienes dieron vida a la danza con sus propias coreografías, vestimentas, personajes y composiciones musicales.
La danza del Taquirari, al igual que la Chacarera, esta danza es ágil y la vestimenta es más ligera en relación al clima de donde proviene, que es extremadamente cálido. La música es más alegre y los pasos involucran saltos y giros individuales y en pareja.
Como se podrá notar, se ha ejemplificado con, al menos, una danza por cada macroregión de Bolivia, la Diablada de la zona andina, la Chacarera de los valles y el Taquirari del oriente. Bolivia es ejemplo más claro de diversidad de danzas que pueden existir en un solo país.